Enrique Ochoa
Entre las enseñanzas que París ofreció a Ochoa estaría la construcción de una mujer de cuerpo estilizado, andrógino en ocasiones, cabello a lo garçon, rostro maquillado, no ya siguiendo los ensueños exotistas del simbolismo, sino las estrellas de Hollywood, falda de altura a la rodilla, brazos y escotes al aire, simplicidad minimalista en cuanto a ausencia de grandes joyas y adornos, una mujer hedonista que frecuenta ambientes cosmopolitas de moda.